13 de junio de 2011

Pisadas en la Arena.

Una noche tuve un sueño.
Soñé que estaba caminando en la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida.
Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: una era la mía y la otra la del Señor.
Cuando la última escena de mi vida pasó delante de nosotros, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena, y noté que muchas veces en el camino de mi vida había sólo un par de pisadas en la arena.
Noté, también, que eso sucedió en los momentos más difíciles y angustiosos de mi vivir.
Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor:
"Señor, Tú me dijiste cuando yo resolví seguirte, que Tú andarías siempre conmigo todo el camino, pero noté que durante los peores momentos de mi vivir había en la arena de los caminos de la vida sólo un par de pisadas."
"No comprendo por qué Tú me dejaste en las horas en que yo más te necesitaba."
El Señor me respondió:
"Mi querido hijo, yo te amo y jamás te dejaría en los momentos de tu sufrimiento.
Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente porque yo te tenía en mis brazos."

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