Aveces me acuerdo que hay gente que ve mi blog y yo no me doy ni cuenta. Sería extraño ver quién lee lo que escribo. Quién se mete en lo más profundo de mi ser.
Tengo amigas que usan su blog cómo diario íntimo y publican todo lo que se les pasa por la cabeza. Hay que tener cuidado con lo que uno sube a Internet. Parece una frase de una madre preocupada, pero es una de una persona precavida.
Nos dejamos llevar y escribimos cosas como si fuese algo secreto y ni sabemos quién lo mira ni qué pueden hacer con esa información.
No quiero mostrar debilidad publicando mis cosas más profundas, pero es un lugar para desahogarse. Se siente que liberamos un peso cuando alguien publica un comentario con lo que piensa acerca del post.
Es sólo una página de Internet, pero para mi es más que sólo eso.
Mi blog es cómo mi segunda alma.
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