22 de septiembre de 2011

¿Para que sirve un espejo?

Es muy sencillo: sirve para reflejar todo aquello que está delante de él y así si uno se coloca entre dos espejos ve su reflejo multiplicado hasta perderse en el infinito. Ahora bien; cuando digo todo no me refiero exclusivamente a la materia y siendo el ser humano materia y energía nadie debiera conformarse cuando al mirarse en un espejo percibe a través de él únicamente su propia imagen material. Te sugiero que realices el siguiente experimento: Ponte frente a tu espejo, piensa en algo alegre y mira tu expresión : ¿Es acaso igual a la que tienes cuando piensas en algo triste?¿Refleja o no entonces tus sentimientos de alegría o de tristeza? A mí me parece que sí, aunque lo haga a través de tu alma fundamentalmente. Dicen que los ojos son su espejo pero ya me dirás cómo puedes ver tus ojos si no es gracias a este artilugio. Así pues, usando de la lógica más simple, podemos deducir que los espejos son el único modo que tenemos de saber cómo es realmente nuestra alma. Si rompes el tuyo no podrás ver tus ojos y por lo tanto tu alma. Hasta que te compres otro tendrás que fiarte de lo que te digan los demás acerca de ella, algo a lo que jamás se arriesgaría quien estas lineas escribe.
Está claro que nuestra vida sería muy diferente de lo que es si no se hubiera inventado el espejo y aunque esta afirmación puede también aplicarse a muchos de los objetos que hoy nos son cotidianos lo importante de ella está en directa relación a la utilidad que nos proporciona: la de tener capacidad para reflejarlo todo. El conocimiento de uno mismo se inicia cuando uno se ve por primera vez en el espejo y el primer juicio que se hace sobre cómo es realmente uno suele hacerse también esa primera vez. En consecuencia la mala suerte sería no disponer de espejo o disponer de uno que al romperse no pudiera ser renovado.

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