10 de agosto de 2010

Entrecruzar las manos.

Desde siempre, me ha parecido que entrecruzar las manos es símbolo de dulce intimidad. El tener entre mis dedos otros dedos significaba poseer parte de la persona que me los ofrecía, y esto me daba miedo, pero en ese gesto había algo que me daba aún más miedo y era que yo también cedía parte de mí mismo.

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