28 de abril de 2013

La tortilla

Estoy en  un punto de mi vida dónde ya no se dónde estoy parada.
Hoy hablando sola, como lo hago siempre, pensé en una analogía, pensé en una tortilla. No es que sea de gorda, pero fue eso lo que se me ocurrió, podría ser perfectamente un panqueque o cualquier cosa que se pueda cocinar de ambos lados. Vieron cuando lo sacás de la heladera y lo pones en la sartén, ambos lados están crudos. De a poco se va cocinando, te acostumbrás a tu vida. Pero llega un momento dónde se te da vuelta la tortilla, ahora está de vuelta cruda, de vuelta tenes que pasar por todo aquello que pasaste la anterior vez. Te encanta lo que está cocido, pero ahora lo estás volviendo a cocinar, pero no es lo mismo, queres eso que ya era "normal".
Si das vuelta una y otra vez no te vas a dar cuenta cual fue la que cocinaste primero, es como que todo se mezcló, pareciera que no sabes cual era aquella que te gustaba más.
Estoy como parada en el medio, tengo mi mitad cocida como me gusta, pero tengo que darla vuelta y empezar a cocinar la otra, el problema es que me gusta como estaba. No se si es cuestión de acostumbrarse, pero tampoco esta bien terminar convenciéndose con las cosas, soportar algo que no te gusta por simple necesidad o por no poder hacer otra cosa.
A todos nos gustaría tener una vida diferente a la que tenemos, aunque sea en algún aspecto, no digo que odiemos nuestra vida, pero hay días de bajon que decís "¿Por qué?" y te pones a pensar como yo. Pensar cosas que te surgen un día nublado, medio triste gracias a la hipófisis. Además que me está fallando últimamente porque no entra mucho el sol acá, debe ser por eso tanto bajon.

Quiero subirme a un auto y ver como pasa la ruta, no quiero irme muy lejos, solo a algún lugar con pasto, árboles, a ver si la naturaleza me hace bien, no se porque siempre que estoy mal busco eso, un poco de paz.

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