15 de agosto de 2012

Bariloche 2012

Conozco muchas personas que no se fueron a Bariloche en quinto año, yo no voy a ser una excepción. Faltan 5 días para que mis compañeros se vayan a ese tan deseado viaje de egresados. Me agarra un poco de nostalgia haber elegido no ir, pero me dijeron que es normal. Están todos con la cuenta regresiva, los bolsos, las habitaciones, la bandera y todo lo que van a hacer cuando estén allá. No me arrepiento de lo que elegí. Van mis amigos, no es cuestión de que voy a estar sola allá ni mucho menos, va mi mejor amiga. Pero hay un montón de cosas que no me cierran. Cuando le conté a la profesora de gimnasia que no iba a ir al viaje, me preguntó por qué, como todas las personas que al decirle esto, reaccionan de la misma manera, le dije que porque no me interesaba, a lo que ella me contestó, a vos te gustaría un viaje más estilo campamento. Yo sonreí y pensé que era justo eso lo que quería, compartir un lugar, pero compartir no sólo con los tuyos sino con todos los que van, como hacíamos por ejemplo en las convivencias de Buscando en la parroquia. Me parece la verdad un gasto innecesario para un viaje dónde se aprovechan de tu situación porque estás de viaje de egresados y te importa todo un huevo, total, es el único que vas a tener en la vida. Me gustaría ir, no lo niego, pero no me quejo de no ir, porque lo elegí yo, además que me ahorré miles de problemas que hubo con el viaje. Ojalá mis amigos se acuerden de mi cuando estén en el medio de la nieve. Sólo se que yo desde acá voy a estar cuidándolos y espero que me escuchen y usen mis consejos. Me voy a preocupar como si estuviese yo con ellos allá. Después de todo, los amigos están siempre, aunque se esté cagando de frió en Bariloche o acá en Buenos Aires.

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